Rancho Las Voces: Música / México: Bellas Artes ovacionó a Daniela Liebman
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lunes, febrero 03, 2014

Música / México: Bellas Artes ovacionó a Daniela Liebman

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La pianista mostró la seguridad y el aplomo de quien ha decidido hacer de la música su vida. (Foto: Nelly Salas)

C iudad Juárez, Chihuahua. 2 de febrero de 2014. (RanchoNEWS).- A los 11 años, la pianista mexicana Daniela Liebman ya es una artista con tablas. Aunque durante su debut en el Palacio de Bellas Artes —celebrado ayer al mediodía— acusaba un leve nerviosismo al principio, al final, luego de que regresó para tocar cuatro encores, la pequeña había conquistado a un público que, arrobado, le pedía más. Una nota de Xavier Quirarte para Milenio:

La gente había venido a Bellas Artes a disfrutar del talento de quien es considerada un prodigio, pues, entre otros logros, es la primera niña mexicana que ha tocado en el Carnegie Hall de Nueva York, uno de los templos de la música de concierto.

La sesión inició con el preludio a Apollo et Hyacinthus, de Wolfgang Amadeus Mozart; su conclusión fue seguida por un desfile de personas que llegaron tarde a la sala, por lo que hubo que esperar un poco a que se acomodaran.

Siguió después la Sinfonía Op. 12, número 4 en re menor G. 506, de Luigi Boccherini, conocida como La casa del diablo, con tres movimientos que fueron premiados con los aplausos de un público que, curiosamente, al contrario de otros conciertos, no fue acallado por quienes saben que, por una convención, esto no se hace. La fiesta era de Daniela y todo estaba permitido.

La niña entró al escenario para realizar su debut con el Concierto para piano y orquesta número 8 en do mayor, K. 246, Lützow, de Mozart, de quien el crítico y pianista Artur Schnabel dijo: «Las sonatas de Mozart son únicas: demasiado fáciles para los niños, demasiado difícil para los adultos. A los niños se les da tocar Mozart por la cantidad de notas; los adultos lo evitan por la calidad de las notas».

Juan Arturo Brennan consigna en el programa de mano del concierto de Daniela Liebman que «fue escrito para la condesa Antonia Lützow, quien era una competente pianista aficionada. El musicólogo H. C. Robbins Landon consigna en uno de sus numerosos textos mozartianos que Mozart tocó este concierto en Múnich el 4 de octubre de 1777, y que solía utilizarlo como pieza didáctica para sus alumnos».

Dejarse ir 

Vestida de rojo, la figura menuda de Daniela Liebman atravesó con paso seguro el escenario de Bellas Artes y se colocó frente a la Orquesta de Cámara de Bellas Artes, dirigida por Anatoly Zatin, gran impulsor de su carrera pianística. Si por momentos se limpiaba el sudor de las manos en el vestido, conforme transcurrió el concierto de Mozart la pianista adquirió la seguridad y el aplomo de quien ha decidido hacer de la música su vida.

Recordamos entonces lo que nos había dicho días antes: primero, al explicarnos su concepción de la obra de Mozart: «Los tres movimientos son muy diferentes: el primero es muy divertido y muy vivo; el segundo es más romántico, más lento y muy hermoso, y el tercero es muy rápido, muy vivo». Luego, sobre el hecho de disfrutar la música: «Cuando llegas a tocar una pieza muchas veces, la dominas y casi sientes como si tú la hubieras escrito. Entonces es tiempo de disfrutar, de dejarte ir y divertirte».

Al terminar el concierto de Mozart, Liebman fue tributada con un aplauso caluroso que certificaba su triunfo. Tras agradecer la ovación, volvió para tocar un encore. Ya sin acompañamiento orquestal, la pequeña se regodeó en la música, no con un afán protagónico, sino con el deseo de compartir el arte con quienes estaban allí para escucharla.

En lugar de un encore, eligió cuatro, que incluyeron La lieggerezza, de Franz Liszt, y el Etude Opus 72, número 6, de Moritz Moszkowski, para concluir con Etude Op. 25, número 12, de Frédéric Chopin. Las ovaciones iban subiendo de volumen entre cada uno de los encores, con el público de pie y el deseo de que la actuación no terminara.

La música ofrecida en el interior del Palacio de Bellas Artes también pudo ser apreciada en un par de pantallas gigantes situadas en el exterior, así como en su ciudad natal, Guadalajara, y en Colima. El concierto también fue videograbado, por lo que seguramente será retransmitido próximamente en Canal 22. ¿Sería mucho pedir que se transmitiera también en los canales comerciales, para que los niños comprobaran que hay otras formas de vida que brillan más que las estrellas de utilería?



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